Son muchas las personas que tienen entre sus hábitos el entrenamiento, con base en ejercicios físicos programados. Lo curioso es que en la organización, son pocos los que, sistemáticamente, le dan un espacio al calentamiento previo, considerado como fundamental por los especialistas, sobre todo para limitar las posibilidades de sufrir lesiones y, como si fuese poco, para potenciar la ejercitación.
El apuro por cumplir con lo proyectado, a veces, quita de la programación una simple sesión de calentamiento que en apenas 5 minutos puede ofrecernos resultados mucho más satisfactorios en nuestro esquema de entrenamiento, ayudando a mejorar nuestra performance ante cada ejercicio.
Para alcanzar el máximo de nuestro rendimiento será determinante la preparación previa. Sucede que calentar no consiste únicamente en elevar la temperatura corporal para dejar atrás la sensación de "frialdad", sino también en activar gradualmente músculos y articulaciones. Esto garantiza una transición suave del reposo a los ejercicios físicos.
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Desestimar un calentamiento adecuado antes de un entrenamiento es un error que tiene consecuencias: la falta de preparación puede afectar negativamente la eficiencia del rendimiento, puesto que músculos y articulaciones pueden no responder de manera óptima. Entonces, la movilidad y activación muscular son cruciales para preparar el cuerpo.
Además de los beneficios físicos y psicológicos, el calentamiento mejora la circulación sanguínea y optimiza la entrega de oxígeno a los músculos durante el entrenamiento y brinda un tiempo para concentrarse mentalmente en la sesión de ejercicios.
4 fases de calentamiento para potenciar tu entrenamiento
Para potenciar tu entrenamiento, se destaca el protocolo RAMP (Rise, Activate, Mobilize, Potentiate), un calentamiento en cuatro fases. En la fase de “Elevación” (Rise), el objetivo es aumentar la temperatura corporal y la frecuencia cardíaca a través de actividades aeróbicas de baja intensidad: correr o realizar saltos suaves.
La “Activación” (Activate) busca, precisamente, activar los músculos relacionados con el entrenamiento específico mediante patrones de movimiento básicos, mientras que la “Movilización” (Mobilize) se enfoca en incrementar el rango de movimiento de las articulaciones con ejercicios dinámicos, esenciales para prepararlas.
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Por último, la etapa de “Potenciación” (Potentiate) replica algunos ejercicios de la rutina con intensidad moderada, preparando el sistema neuromuscular y activando los músculos.