Una bebida reconfortante siempre es bienvenida en la mesa, y qué mejor manera de disfrutar de la tradición mexicana que con un delicioso atole de manzana. Esta receta es un homenaje a la rica historia culinaria del país y a la versatilidad de sus ingredientes.
El atole ha sido apreciado por generaciones de mexicanos, ya que es una receta tradicional en todo el país. Originalmente endulzada con piloncillo o miel de abeja, esta delicia ha evolucionado con el tiempo, adoptando ingredientes y sabores que la convierten en una verdadera joya de la gastronomía.
Según los registros del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI), el atole era una cocción azucarada de harina de maíz en agua, enriquecida con especias aromáticas como el cacao, vainilla, canela, anís y otros saborizantes. Con el paso del tiempo, esta receta se ha adaptado a los gustos y preferencias de cada región, dando lugar a una amplia variedad de sabores y versiones.
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Ingredientes:
- 2 tazas de leche.
- 2 tazas de agua.
- 2 manzanas grandes, peladas, descorazonadas y cortadas en trozos.
- 1 rama de canela.
- 1/4 de taza de azúcar (o al gusto).
- 1/4 de taza de fécula de maíz.
- 1/4 de taza de agua fría.
Procedimiento:
En una olla grande, calienta la leche. Licúa las manzanas con 1 taza de agua y agrega la mezcla a la leche caliente. Añade la rama de canela y deja que hierva suavemente. Mientras tanto, en un tazón pequeño, mezcla la fécula de maíz con el agua restante hasta que esté bien disuelta.
Retira la rama de canela y agrega el azúcar, revolviendo bien. Vierte lentamente la mezcla de fécula de maíz sobre la mezcla de manzana caliente, revolviendo constantemente para evitar grumos.
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Continúa cocinando a fuego medio-bajo, revolviendo constantemente, hasta que el atole espese a la consistencia deseada (aproximadamente 5-7 minutos). Retira del fuego y sirve caliente. Si lo deseas, puedes espolvorear un poco de canela molida encima para realzar el sabor.