En el universo de los billetes mexicanos, uno brilla con luz propia y ha llamado la atención de los especialistas en numismática. Es el billete de 50 pesos, con la imagen de Benito Juárez en el centro que, más allá de su valor monetario, ha despertado fascinación entre los coleccionistas, por lo que ha alcanzado precios exorbitantes en el mercado, al punto de que se ofrece por 500 mil pesos mexicanos.
Son muy pocos los billetes que imprimió a lo largo del último siglo el Banco de México, pero este de 50 pesos con Benito Juárez ha logrado posicionarse entre uno de los preferidos por los amantes de la numismática.
¿Cómo es el billete de 50 pesos de Benito Juárez?
Este requerido billete de 50 pesos mexicanos fue fabricado entre 1973 y 1978, y es un viaje por la historia y la cultura de México. Desmonetizado desde 1996 y con pocos ejemplares en muy buen estado, esta pieza lleva en su anverso el rostro de Benito Juárez, símbolo de la República, junto al Palacio Nacional, testigo de innumerables acontecimientos históricos.
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El reverso de este billete de 50 pesos de Benito Juárez nos transporta a las raíces prehispánicas del país, con una representación de una funeraria zapoteca y el Palacio de las Columnas en Mitla.
Una sub-impresión multicolor, sellos en rojo y verde y una meticulosa atención al detalle convierten a este billete en una verdadera obra de arte, que no ha salido nunca del radar de la numismática.
¿Por qué este billete de 50 pesos de Benito Juárez vale medio millón de pesos?
La creciente demanda y la escasez de ejemplares han hecho que el billete de 50 pesos de Benito Juárez se revalorice mucho más que si se tratase, apenas, de una pieza de papel desmonetizado. Para los especialistas en numismática, esta pieza es casi un tesoro cultural, que encierra la historia y la identidad de México.
Un detalle a tener en cuenta, tanto por novatos coleccionistas como para inversionistas ocasionales, es tomar todas las precauciones necesarias para no ser víctima de un fraude, ya que no son pocas las personas y organizaciones que se dedican a timar a los neófitos ávidos por una pieza de colección.