Volver a la rutina tras las vacaciones de verano puede ser un verdadero desafío, especialmente cuando se trata de recuperar hábitos saludables como la alimentación equilibrada o el ejercicio físico.
Septiembre marca el inicio del regreso al trabajo y a la actividad física, pero muchas personas encuentran complicado mantener la motivación para seguir entrenando después de un tiempo de descanso.
El problema es que, tras varias semanas de inactividad, el cuerpo pierde parte de su forma física y retomar los entrenamientos de golpe puede ser desmotivante o, incluso, llevar a lesiones.
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Uno de los mayores errores al regresar al gimnasio es obligarse a realizar entrenamientos que no resultan agradables. Los gimnasios ofrecen una amplia variedad de actividades como pilates, yoga, spinning o zumba, entre otras, y la clave está en encontrar aquella que realmente te motive.
Después de un tiempo sin ejercitarse, es importante no apresurarse. Volver a entrenar con la misma intensidad que antes del verano puede resultar contraproducente, tanto por el riesgo de sobrecargar el cuerpo como por la falta de motivación. Lo ideal es comenzar poco a poco, adaptando el esfuerzo y permitiendo que el cuerpo se acostumbre nuevamente.
Otro consejo fundamental es marcarse metas alcanzables. Tras el verano, es común querer recuperar rápidamente el tiempo perdido, pero fijarse objetivos demasiado ambiciosos puede generar frustración si los resultados no llegan de inmediato. En cambio, establecer pequeños logros a corto plazo ayudará a mantener la motivación.
Hacer ejercicio en compañía puede ser una excelente forma de aumentar el compromiso y la diversión. Ya sea con un amigo, un familiar o un compañero del gimnasio, entrenar juntos no solo hace el proceso más entretenido, sino que también crea un sistema de apoyo mutuo.
Aunque encuentres una actividad que te guste, repetir siempre los mismos ejercicios puede volverse aburrido. Para mantener el interés y evitar la monotonía, es recomendable variar los entrenamientos. Probar diferentes ejercicios o utilizar nuevas máquinas y herramientas en el gimnasio hará que las sesiones sean más dinámicas y motivadoras.
La organización es clave para mantener la constancia en el gimnasio. Elaborar un plan semanal con los días y horarios dedicados al ejercicio puede ayudarte a evitar excusas y a ser más disciplinado.
Sentirse bien mientras se entrena es fundamental. Elegir la ropa adecuada para el gimnasio no solo te hará sentir más cómodo, sino que también puede aumentar tu confianza y, con ello, tus ganas de seguir entrenando.
El ejercicio no lo es todo. Para alcanzar tus objetivos y mantenerte motivado, es necesario complementarlo con lo que se conoce como "entrenamiento invisible": un descanso adecuado, una hidratación constante y una alimentación equilibrada.