Hablar sobre ejercicios y ciclo menstrual solía estar rodeado de mitos. Sin embargo, en la actualidad, el bienestar físico y mental han cobrado gran importancia, y la conversación al respecto está cambiando rápidamente.
Hoy en día, mantenerse activa durante el ciclo menstrual ya no es un tema tabú. Ahora, se ha convertido en una parte crucial del cuidado personal, ya que puede mejorar significativamente el bienestar general.
El primer paso para ejercitarse durante la menstruación es prestar atención a lo que el cuerpo está comunicando. Cada fase del ciclo menstrual afecta los niveles de energía y el estado físico de manera diferente.
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Al inicio del ciclo, cuando comienza la menstruación, es común sentir fatiga y dolor. Sin embargo, realizar ejercicios ligeros como caminar, practicar yoga suave o hacer estiramientos puede aliviar esos síntomas y ayudar a sentirse mejor.
En la fase folicular, que sigue a la menstruación, hay un aumento en los niveles de estrógeno que suele traducirse en un incremento de energía. Este es el momento ideal para actividades más intensas, como correr, nadar o realizar ejercicios cardiovasculares.
Hacer ejercicio durante la menstruación ofrece múltiples beneficios. Uno de los más destacados es la mejora del flujo sanguíneo, que ayuda a reducir los calambres menstruales, aliviar la tensión y mejorar el estado de ánimo.
Además, el ejercicio libera endorfinas, conocidas como las hormonas de la felicidad, que pueden contrarrestar sentimientos de irritabilidad o tristeza que algunas personas experimentan durante este período.
Mantenerse activa también puede ayudar a regular el ciclo menstrual, mejorando su regularidad y disminuyendo los síntomas premenstruales. Sin embargo, es fundamental recordar que cada cuerpo es diferente, y lo que es beneficioso para una persona puede no serlo para otra.