A pesar de cuidar tus plantas con esmero, puede que alguna vez se te marchite alguna. Esto puede deberse a varios factores, como el exceso o la falta de agua, el sol, el frío, las plagas, las enfermedades o el estrés. Cuando una planta se marchita, sus hojas se caen, se ponen amarillas o marrones, se secan o se queman. Si esto te ocurre, no te desesperes. Todavía puedes intentar revivir tu planta si sigues estos pasos:
- Corta las hojas que están quemadas o secas con unas tijeras o un cuchillo limpio y desinfectado. Así, evitarás que la planta gaste energía en partes que ya no sirven y que puedan infectarse con hongos o bacterias.
- Saca la planta de la maceta en la que se encuentra con mucho cuidado para que las raíces no se rompan en el proceso. Observa el estado de las raíces y, si están podridas, corta las partes afectadas con el mismo instrumento que usaste para las hojas.
Te podría interesar
- Lava muy bien las raíces de la planta con agua limpia para eliminar los restos de sustrato y las posibles impurezas que puedan dañarlas.
- En un balde, mezcla una taza de agua oxigenada y tres tazas de agua limpia. El agua oxigenada es un desinfectante natural que ayudará a eliminar los microorganismos que puedan estar causando el marchitamiento de la planta.
- Mete las raíces de la planta en el balde con la mezcla previamente preparada y déjalas reposar por al menos dos horas. Esto hará que las raíces se oxigenen y se recuperen.
Te podría interesar
- Consumido el tiempo, lava nuevamente las raíces con agua limpia y sécalas con un paño o una toalla suave.
- Siembra nuevamente la planta en una nueva maceta con nuevo sustrato. Elige una maceta que tenga el tamaño adecuado para la planta y que tenga agujeros en el fondo para el drenaje. El sustrato debe ser el apropiado para el tipo de planta y debe estar húmedo, pero no encharcado.
- Riega el arbusto hasta que el sustrato esté húmedo y humedece con agua las hojas sanas de la planta. Coloca la maceta en un lugar donde reciba la luz y la temperatura que necesita la planta, pero evita el sol directo y el frío extremo.
- Espera a que la planta se adapte a su nuevo hogar y observa si muestra signos de recuperación. Si ves que empiezan a brotar nuevas hojas o flores, es que ha vuelto a la vida y puedes continuar con su cuidado como antes.
Con este procedimiento, notarás cómo la planta que se te había marchitado cobrará vida y empezará a crecer nuevamente de forma saludable. Igualmente, ten en cuenta que para que la planta crezca saludable deberás tomar ciertas precauciones que respectan al sol, la tierra, el riego, el clima y los nutrientes que adquieren durante su proceso de crecimiento o desarrollo.