La Cuaresma, un tiempo de reflexión y transformación de tu espiritualidad, se presenta como una ocasión ideal para fortalecer la fe en familia. A través de la oración, el ayuno y la limosna, este período litúrgico invita a niños y adultos a un camino de crecimiento personal y colectivo durante la semana santa.
Para preparar el corazón para la llegada de la Pascua, es fundamental motivar a los niños a participar de la Cuaresma. Invitarlos a realizar un ofrecimiento personal o sumar un momento de oración a su rutina diaria puede ser un primer paso significativo en su espiritualidad.
Según propuso Stephen Spiewak, en un artículo para Hallow, las "tres columnas" de la Cuaresma -oración, ayuno y limosna- nos invitan a ir más allá de la simple abstención de un alimento o actividad. Implican un compromiso personal y una reflexión sobre aquello a lo que renunciamos y con qué lo sustituimos en pos de nuestra espiritualidad.
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Ideas para ofrendas y reflexiones en Cuaresma
Niños: Renunciar a un juguete favorito, ayunar de las redes sociales por un día, no comer dulces durante el colegio, etc.
Adolescentes: Renunciar a bebidas azucaradas, ceder el asiento favorito en casa, pasar un día sin auriculares, enfocarse en ayudar a otros en un juego favorito.
Momentos de oración para fortalecer la fe
Niños: Orar camino a la escuela, jugar a "Adivina al Santo" cada día, orar por un familiar específico, llamar a un abuelo después de la Misa para conversar sobre el Evangelio.
Adolescentes: Acostarse cinco minutos antes para hablar con Dios, investigar el nombre de la iglesia y su santo patrono, prestar atención a las intercesiones en la Misa y elegir una para orar durante la semana, ir a confesión.
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La Cuaresma en familia, un camino hacia la Pascua
Involucrar a los niños en la Cuaresma a través de ofrendas y momentos de oración no solo fortalecerá su fe individual, sino que también fomentará la unión familiar y el crecimiento espiritual en conjunto. Un camino que, sin duda, les conducirá a una Pascua más plena y significativa.