El sentimiento de pensar que todo está perdido es algo que puede aterrar a cualquiera, escenarios en los que la incertidumbre y los malos pensamientos pueden estar a la vuelta de la esquina, lo que puede representar la oportunidad perfecta para que te reencuentres con la oración y tu espiritualidad en búsqueda de respuestas.
A pesar que no seas un fiel creyente en el Todopoderoso, estas palabras pueden ser tu escape durante estos momentos de sosiego, en los que una simple oración milagrosa a San Judas Tadeo podrás hallar esa iluminación que tanto necesitas.
No es para menos, pues te comunicarás con uno de los 12 discípulos que acompañó a Jesús de Nazaret, por lo que estas palabras pueden ser de gran utilidad para ti. Tal cual lo explica “show.com.es”, es recomendado compartir esta oración durante los 28 de cada mes, fecha en las que se recuerda la imagen de este apóstol, aunque su festividad original es el 28 de octubre.
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Con esto en mente, he aquí las palabras que puedes expresar en un momento de privacidad, ocasión perfecta para reencontrarte con tu lado más espiritual y así hallar respuestas a todos tus problemas.
Oración milagrosa para las causas perdidas
¡Oh gloriosísimo apóstol San Judas! Siervo fiel y amigo de Jesús. El nombre del traidor que entregó a tu querido Maestro en manos de sus enemigos ha sido la causa de que muchos te hayan olvidado, pero la Iglesia te honra y te invoca universalmente como el patrón de los casos difíciles y desesperados. Ruega por mí que soy tan miserable, y haz uso de ese privilegio especial a ti concedido de socorrer visible y prontamente cuando casi se ha perdido toda esperanza.
Ven en mi ayuda en esta gran necesidad, para que reciba los consuelos y socorros del cielo en todas mis necesidades, tribulaciones y sufrimientos, particularmente en la que te presento a continuación (hacer la súplica por la causa perdida). Alcánzame lo que humildemente te pido para que pueda siempre, con todo mi ser y todo mi corazón, bendecir y alabar a Dios contigo y con todos los escogidos por toda la eternidad.
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Te prometo, glorioso San Judas, acordarme siempre de este gran favor y nunca dejaré de honrarte como a mi especial y poderoso protector y hacer todo lo que pueda para fomentar tu devoción. Amén.
El simple hecho de tomarte un momento para rezar esta oración milagrosa no tomará muchos minutos, y es una oportunidad especial para que confíes en un mejor porvenir tanto para ti como para tu familia.