La oración es la clave para sentirte reconfortado en las situaciones más desesperadas, esas que no puedes controlar y que fácilmente pueden afectar tu mente. Es importante que te tomes un momento en el día para despertar tu espiritualidad y reencontrarte con el Padre Todopoderoso, el creador del cielo y la tierra.
Ante estos escenarios de tanta incertidumbre, te podemos recomendar que tengas en cuenta a la Santa Gema Galgani, una mística pasionista italiana que falleció a los 25 años y que gracias a su fe y devoción, se convirtió en una figura muy venerada entre los creyentes.
Es considerada como la patrona de los imposibles y causas desesperadas, algo con lo que podrías identificarte, y de ahí la necesidad de hacerle una oración en búsqueda de respuestas y especialmente, soluciones.
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Oración a Santa Gema Galgani
Aquí me tenéis postrada a vuestros pies santísimos, mi querido Jesús, para manifestaros en cada instante mi reconocimiento y gratitud por tantos y tan continuos favores como me habéis otorgado y que todavía queréis concederme.
Cuántas veces os he invocado, ¡oh, Jesús!, me habéis dejado siempre satisfecha; he recurrido a menudo a Vos, y siempre me habéis consolado. ¿Cómo podré expresaros mis sentimientos, amado Jesús? Os doy gracias; pero otra gracia quiero de Vos, ¡oh, Dios mío!, si es de vuestro agrado. (Aquí debes incorporar tu pedido).
Si no fuerais todopoderoso no os haría esta súplica. ¡Oh Jesús!, tened piedad de mí. Hágase en toda vuestra santísima voluntad.
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Termina la oración con un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria. Ten presente estas palabras en honor a Santa Gema Galgani, quien nació en 1878 y murió en 1903, cuya vida no fue sencilla tras la muerte de sus padres y el posterior deterioramiento de su salud producto de una grave meningitis.
A pesar que logró curarse a los 20 años, milagro que se le atribuyó a San Gabriel de la Dolorosa, la joven italiana quedó con estigmas en las manos y pies, esto luego de asegurar que Cristo se le presentó.
Murió de un caso de tuberculosis en 193, y llegó a ser beatificada por el papa Pío XI en 1933 en la Basílica San Pedro y canonizada por el papa Pío XII en 1940.