¿Te sientes constantemente agotado, con la mente nublada y sin energía para afrontar el día? La fatiga es un problema común en la vida moderna, pero la buena noticia es que existe una herramienta poderosa y accesible para combatirla: el ejercicio. Según la experta en bienestar y actividad física, Florencia Leinado, activar nuestro cuerpo de forma regular no solo revitaliza nuestros músculos, sino que también despierta nuestra mente, desterrando esa sensación de cansancio persistente.
Leinado explica que la fatiga a menudo se perpetúa por un ciclo de inactividad. Cuando nos sentimos cansados, la tendencia es evitar el movimiento, lo que paradójicamente disminuye aún más nuestros niveles de energía a largo plazo. El ejercicio rompe este círculo vicioso estimula a diversos procesos fisiológicos que nos hacen sentir más alerta y vigorosos.
La clave para combatir la fatiga a través del ejercicio
Uno de los mecanismos clave es el aumento del flujo sanguíneo. Al movernos, nuestro corazón bombea con más fuerza, llevando oxígeno y nutrientes esenciales a todas las células de nuestro cuerpo, incluyendo las del cerebro. Esta mayor irrigación sanguínea se traduce en una mejora de la función cognitiva, la concentración y el estado de ánimo, contrarrestando la sensación de pesadez mental que acompaña a la fatiga.
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Además, la actividad física regular libera endorfinas, neurotransmisores conocidos como las "hormonas de la felicidad". Estas sustancias químicas naturales tienen un efecto analgésico y euforizante, reduciendo el estrés, la ansiedad y la sensación de fatiga. Incluso una caminata enérgica de 30 minutos puede marcar una diferencia significativa en nuestros niveles de energía y bienestar emocional.
Leinado enfatiza que no es necesario realizar entrenamientos extenuantes para obtener estos beneficios. Incorporar pequeños cambios en nuestra rutina diaria puede ser suficiente para empezar a notar una mejora. Subir las escaleras en lugar del ascensor, caminar o ir en bicicleta al trabajo, o dedicar unos minutos al día a estiramientos suaves pueden ser excelentes puntos de partida.
Para aquellos que buscan un enfoque más estructurado, Leinado recomienda encontrar una actividad física que disfruten, ya sea bailar, nadar, practicar yoga o entrenar con pesas. La clave es la constancia y la moderación. Escuchar a nuestro cuerpo y aumentar la intensidad gradualmente nos ayudará a evitar lesiones y mantener la motivación a largo plazo.