En los últimos años, los baños han dejado de ser simples espacios funcionales para convertirse en áreas de relajación y diseño. Incluso los baños pequeños pueden ser lugares donde la decoración juega un papel importante. Sin embargo, algunas tendencias que fueron populares en los últimos dos o tres años, ya no funcionan tan bien.
Aunque el blanco ha sido un color clásico en los baños, especialmente en los más pequeños por su capacidad para ampliar visualmente el espacio, esta tendencia ha quedado atrás. Si bien el blanco aporta sensación de limpieza y orden, ahora se busca algo más cálido y acogedor. Los tonos beis o marrones suaves son una excelente alternativa.
Durante los últimos cinco años, los acabados cromados fueron una tendencia dominante en los baños pequeños, ya que aportan un toque de brillo y sofisticación. Sin embargo, este estilo ya no está en auge. En su lugar, se están imponiendo los acabados texturizados o con acabados mate o brillantes.
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Decorar un baño pequeño de forma uniforme es un error común. Aunque no se trata de abandonar por completo el minimalismo, añadir textura a través de accesorios, azulejos o incluso en el diseño del mueble del lavabo es una forma de aportar dinamismo.
Los azulejos zellige, con su textura y formato angosto, fueron una tendencia fuerte en los baños pequeños hace un par de años. Aunque siguen aportando mucha personalidad, la moda ahora es mezclar formatos. Combinar los zellige con baldosas tipo metro, colocadas en espiga o con el acabado terrazo, puede crear un espacio con un toque diferente.
Una tendencia que también pierde fuerza en los baños pequeños es la de los grandes espejos con apliques laterales. Esta estética tipo tocador ha ido trasladándose al dormitorio, lo que deja más espacio en los baños para una decoración más centrada en los materiales. Si bien el espejo sigue siendo esencial, la moda ahora apunta a los espejos retroiluminados.