Un estudio de la Universidad de Harvard ofrece una visión única sobre la felicidad humana. Iniciado en 1938 con 724 hombres, el estudio incluyó a mujeres solo en 1977, reflejando las desigualdades de género en el acceso a la educación superior.
La investigación analizó la vida de las participantes desde una perspectiva psiquiátrica, evaluando su salud física y mental. Un hallazgo notable fue el arrepentimiento de muchas mujeres en su vejez por haber otorgado demasiada importancia a las opiniones ajenas.
Sin embargo, alcanzar esa autenticidad es un desafío debido a presiones culturales y estereotipos de género que afectan la autoestima y las decisiones personales.
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La doctora Silvia Gaviria Arbeláez, experta en salud mental femenina, destaca que las mujeres enfrentan juicios sociales que no aplican de igual manera a los hombres.
Los estándares históricos sobre cómo deben comportarse y lucir las mujeres, junto con el rol tradicional en el hogar, imponen cargas emocionales significativas. A esto se suman las responsabilidades laborales, que agravan el estrés y afectan la salud mental.
El estudio subraya que, aunque la autenticidad es esencial para la felicidad, factores sociales y culturales complejos continúan desafiando la autonomía femenina.