La funda de nuestro celular es más que un accesorio; es una capa protectora que resguarda nuestro dispositivo de golpes, rayones y caídas. Sin embargo, con el tiempo, es común que esta funda transparente, en particular, adquiera un tono amarillento poco atractivo, pero no te preocupes que te damos algunos trucos de limpieza para que lo dejes como nuevo.
A continuación, te presentamos cuatro trucos de limpieza que te ayudarán a devolverle a tu funda de celular su transparencia y brillo original. Con estos sencillos consejos, podrás devolverle a la funda de tu celular su aspecto original y mantener tu dispositivo protegido con estilo.
Si te preguntas cómo limpiar una funda de silicona correctamente y recuperar su transparencia original, te damos un truco de limpieza infalible. Recuerda que la frecuencia de limpieza dependerá del tiempo que tu funda haya estado amarillenta.
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Solución etílica isopropílica
Esta solución es ideal para eliminar manchas difíciles y devolverle a tu funda su transparencia original. Solo debes aplicar un poco de solución etílica isopropílica en un paño y limpia enérgicamente tu funda. Asegúrate de secar el exceso con el mismo paño para obtener un acabado más brillante.
Bicarbonato de sodio
El bicarbonato de sodio es conocido por sus poderosas propiedades blanqueadoras, lo que lo convierte en un aliado increíble para eliminar manchas difíciles de tu funda de celular. Prepara una pasta simple mezclando bicarbonato de sodio con agua tibia. Emplea esta pasta en todos los rincones de la funda y déjala actuar durante 30 minutos. Para finalizar, enjuaga bien y seca con un paño limpio para obtener resultados sorprendentes.
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Lavandina o cloro
La lavandina o cloro es un producto blanqueador por excelencia, pero debes manipularlo con cuidado para no dañar el material de tu funda. Prepara una solución mezclando agua fría con lavandina en un recipiente y sumerge la funda durante 3 a 5 minutos máximo. Luego, retira la funda y enjuágala con abundante agua y jabón para eliminar cualquier residuo de cloro.
Agua y jabón
Si prefieres una opción más suave, el agua y jabón son tus aliados. Utiliza un cepillo de cerdas suaves, enjabónalo bien y refriega la funda con cuidado para no rayarla. Lava con agua limpia y sécala completamente para evitar la acumulación de humedad.