La primavera golpea las puertas de la temporada y nada mejor que tener una planta de Celosia cristata, también conocida como cresta de gallo, en el jardín creciendo con sus flores aterciopeladas, que no pasan desapercibidas y que asemejan la cresta de un gallo. Con una vibrante gama de colores, es una planta ideal para espacios exteriores y aquí te daremos algunos consejos para no sufrir sorpresas en el intento.
La planta cresta de gallo es originaria de las regiones tropicales y subtropicales, pero se ha adaptado a climas diversos, convirtiéndose en una opción popular para jardineros de todo el mundo.
Algunos consejos para mantener tu cresta de gallo
Para los que lo experimentaron, saben que cultivar la cresta de gallo a partir de semillas es más que gratificante. Uno de los consejos es plantarlas en primavera, una vez que haya pasado el riesgo de heladas. Si vives en un clima templado, puedes comenzar las semillas en interiores unas 6-8 semanas, antes de la última helada para obtener plantas más robustas.
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Cuidar la cresta de gallo es relativamente sencillo. Asegúrate de regarla con regularidad para mantener el suelo húmedo, sin encharcarlo. Sucede que es una planta sensible al exceso de agua y puedes tener malas experiencias.
En cuanto a sus necesidades de luz, esta planta prefiere ubicaciones soleadas con al menos 6-8 horas de luz solar directa al día. En climas fríos, es importante protegerla de las heladas. Si vives en una zona con inviernos tempranos, puedes cubrir las plantas o trasladarlas al interior.
También contempla que se debe fertilizar la cresta de gallo al momento de plantar y luego cada 4-6 semanas durante la temporada de crecimiento. La flor esta planta es realmente especial. Su forma única, similar a una cresta, y sus colores vibrantes la convierten en una protagonista del jardín.
La apariencia distintiva de la cresta de gallo se debe a la densa agrupación de sus flores, que pueden oscilar en tamaño desde unos pocos centímetros hasta superar los 30 centímetros, dependiendo de la variedad. En cuanto a su paleta cromática, las flores exhiben una amplia gama de colores vibrantes que incluyen rojo, amarillo, rosa, naranja y púrpura, así como tonos bicolores y matices más suaves. Esta variedad de colores y la intensidad de su tonalidad hacen de la cresta de gallo una planta notablemente decorativa.