La mantequilla es un delicioso manjar lácteo que suele acompañar nuestras comidas y postres, pero puede convertirse en un placer aún mayor cuando la elaboramos nosotros mismos. Con esta receta sencilla y supereconómica, podrás disfrutar de una mantequilla casera con el sabor y textura que la caracterizan, y lo mejor de todo es que solo necesitas dos ingredientes.
Recuerda que al tratarse de un producto casero y sin conservantes, es importante mantener la mantequilla refrigerada para conservar su frescura y sabor. Con esta receta, puedes disfrutar de tu propia mantequilla casera en cualquier momento y con la satisfacción de haberla preparado tú mismo.
Cabe mencionar que, gracias a estas cualidades, la mantequilla nos permite cocinar, saltear o asar verduras, carnes, aves y pescados. Asimismo, es la base de muchas salsas y juega un papel fundamental en la pastelería. A continuación, te damos la receta del paso a paso:
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Ingredientes:
- 500 ml de nata líquida para montar
- 15 gramos de sal.
Preparación:
En primer lugar, asegúrate de que la nata líquida esté a temperatura ambiente para facilitar el proceso de separación del suero de la leche. Vierte la nata en un recipiente y comienza a batir con movimientos lentos y envolventes durante aproximadamente 5 a 8 minutos.
Una vez que la nata se haya separado en suero y sólidos, continúa batiendo hasta que los sólidos se unifiquen y tomen una consistencia más dura. Utiliza unas palitas de madera para aplastar y refinar la mezcla, asegurándote de eliminar el suero restante.
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Lava la mantequilla con un poco de agua para eliminar cualquier residuo de suero y escúrrela bien. Transfiérela a un bol y agrega la sal. Continúa trabajando la mezcla con las palitas de madera hasta formar una barra sólida y homogénea.
Finalmente, guarda tu mantequilla casera en un recipiente o envuélvela en papel film, y colócala en el refrigerador. Déjala reposar durante aproximadamente 4 horas, para que tome la consistencia deseada.