Mantener la higiene de la cocina suele ser una de las tareas hogareñas más complejas, debido a la gran cantidad de desechos que se generan a diario. Si eres de esas personas obsesivas y que buscan mantener todo a la perfección, te dejamos unos trucos de limpieza para que la esponja para lavar platos cumpla con sus funciones y se vea casi nueva.
Conocida también como almohadilla, las esponjas suelen acumular los restos de comida que arrastramos de los platos, mesas y demás utensilios que empleamos cada vez que utilizamos ese espacio de nuestros hogares.
Como las esponjas son un instrumento fundamental, es importante seguir este truco de limpieza para recuperarlas luego de una larga exposición a los residuos y a la humedad, dos de los elementos que van a ayudar a la generación de gérmenes y de bacterias.
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Para evitar la propagación de estos organismos, que producen olores nauseabundos en tus almohadillas, será importante aplicar este truco de limpieza con cierta regularidad, para que tu esponja se mantenga higienizada.
¿Por qué es importante higienizar la esponja para lavar platos?
Si no desinfectamos la esponja cuando lavamos los platos, es posible que se transmitan una serie de bacterias a los platos, que luego podrían transferirse a los alimentos que consumiremos minutos más tardes.
La proliferación de bacterias, mohos y hongos puede ser peligroso para nuestro organismo y provocarnos algunos desbarajustes gastrointestinales. Todo por no mantener limpia una sencilla esponja lava platos.
Truco para higienizar la esponja para lavar platos
En pocos minutos y con un truco de limpieza lograrás esterilizar la esponja con solo dos ingredientes que tienes, precisamente, dentro de la misma cocina: vinagre y sal. Reconocido por sus propiedades antibacterianas y desinfectantes, el vinagre que utilizamos para condimentar las verduras nos servirá para humedecer la almohadilla.
Luego introduce la esponja para lavar platos dentro de un recipiente que tendremos al fuego, con una buena cantidad de vinagre y una pizca de sal. Dejar a fuego lento unos minutos, checando que no se derrita la almohadilla.
Una vez que se ha enfriado, retirar y enjuagar la esponja con agua caliente y detergente, y ya estará lista para ser empleada, una vez más, para limpiar todos los utensilios de tu cocina. Este truco de limpieza, además, le extenderá la vida útil a tu almohadilla.