Muchas parejas están en una constante búsqueda de la perfección en la relación, un concepto que la psicología no asocia de manera directa con este tipo de vínculos. Cuando uno piensa en la pareja ideal, piensa en mucho amor, cariño, empatía, apoyo, comunicación, soporte, seguridad y equilibrio como algunos de los factores que la logran.
No obstante, la psicología se hace una clara pregunta: ¿es aconsejable buscar la perfección y felicidad en nuestra relación de pareja? Según los expertos, aunque no lo creas, dejar de buscar la felicidad plena es un paso esencial hacia el bienestar emocional de ambos.
Para la psicología, el gran problema de muchas personas es que depositan sus expectativas de felicidad en la pareja, un pensamiento erróneo. Desde el sitio web Psychology Today explicaron que algunas personas creen que merecen ser siempre felices en una relación, ilusiones poco realistas tanto para ti como para tu pareja. A continuación, te revelamos tres razones para dejar de buscar la felicidad absoluta en la relación:
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- Somos seres complejos: tienes que saber que cuando hay altibajos en una pareja no significa que la relación esté mal, para la psicología esto evidencia que ambas personas están creciendo y evolucionando. Tienes que tener en cuenta que el otro no es responsable de tu felicidad, ya que ambos tienen sus complejidades y sus luchas internas.
- La felicidad es un subproducto, no un objetivo: para la psicología, en vez de poner toda tu energía en encontrar la felicidad absoluta, lo ideal es centrarse en aspectos como la resiliencia, el apoyo mutuo y la comprensión. Tienes que entender que la felicidad más que una meta es uno de los tantos pilares que cimientan una relación.
- La felicidad no es una garantía: por último, tienes que tener en claro que la felicidad es un estado pasajero y que está sostenido por muchos otros factores que están fuera de nuestro alcance, como algún episodio vivido en la calle, un inconveniente de trabajo o quizás hasta el clima. Para la psicología, las satisfacciones reales provienen de la paz que tenemos en nuestro interior y de lo cómodo que te sientas con tu par, más allá de los conflictos vividos.