Las alfombras son de esos objetos decorativos que, por más hermosos que sean, nunca podemos limpiar al 100 %, lo que eventualmente provoca problemas de alergias y ácaros en el aire, contraproducentes para cualquiera. No obstante, existen trucos de limpieza que prometen ponerle un fin a este panorama.
Presta mucha atención, porque no te daremos uno, sino tres trucos de limpieza que acabarán de raíz con la suciedad de tus queridas alfombras para que puedas volver a presumirlas en todo su esplendor:
Aspiradora
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Sí, puede que te sea obvio, pero la frecuencia con la que llevas a cabo esta tarea marca la diferencia. Evitar la acumulación de suciedad es fundamental, ya que cuanto más tiempo pase sin limpiar, más desafiante se vuelve la tarea. Para todo tipo de materiales, el primer truco de limpieza es definitivamente pasar la aspiradora al menos una vez por semana para eliminar polvo, pelos y otras partículas no deseadas.
Bicarbonato y sal
Este método es especialmente útil para evitar dañar los materiales de tus alfombras. Aunque no es adecuado para eliminar manchas, resulta excelente para eliminar polvo, bacterias y neutralizar malos olores.
La receta es simple: mezcla bicarbonato de sodio y sal, esparce la mezcla sobre la alfombra, deja que actúe durante unos minutos y aspira para una limpieza en seco eficaz.
Agua y vinagre
En situaciones en las que las manchas son inevitables, recurre a una solución natural: agua y vinagre. Asegúrate de que el agua esté caliente y mezcla dos partes de agua con una parte de vinagre.
Aplica la solución sobre la mancha usando un difusor, deja que actúe por unos minutos y, si la mancha persiste, frota suavemente con un cepillo pequeño. Finaliza el proceso secando con un paño suave y limpio, garantizando un resultado fresco y libre de productos químicos agresivos.