La etiolación es un problema común que afecta a muchas suculentas, especialmente cuando no reciben la luz solar adecuada. Esta condición se manifiesta cuando las plantas comienzan a estirarse de manera exagerada en busca de luz, lo que debilita su estructura.
Esta condición se ve principalmente en suculentas que se cultivan en interiores o en lugares donde no reciben las horas necesarias de luz directa, las cuales suelen ser al menos 4 horas diarias.
Detectar la etiolación es sencillo observando algunos signos comunes: estiramiento excesivo del tallo, hojas y tallos más débiles y pálidos, presencia de raíces aéreas, inclinación de la planta hacia un lado, espacios grandes entre las hojas y crecimiento de las hojas hacia la base.
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Existen varias estrategias para evitar que la etiolación siga avanzando y corregirla. Lo primero y más importante es asegurarse de que la planta reciba más luz. Sin embargo, es importante no exponerla de golpe al sol directo, ya que esto puede quemar las hojas.
Un buen método es empezar por colocar la planta en un lugar donde reciba luz filtrada durante unos días. Después, se puede mover a un espacio donde reciba luz solar directa en la mañana por un par de horas y, con el tiempo, se irá adaptando a más horas de sol.
Durante el invierno, las suculentas entran en una especie de "hibernación" y no necesitan tanta energía ni nutrientes. Si se fertilizan en esta etapa, es más probable que sufran de etiolación, ya que no podrán procesar correctamente los nutrientes.
No todas las suculentas necesitan la misma cantidad de luz. Algunas, como las rosetas de Echeveria o Sedum, son más sensibles a la falta de luz y tienden a estirarse más rápido. Por eso, es importante investigar qué tipo de luz requiere cada planta para mantener su forma saludable.
Si la etiolación es muy severa, una solución es cortar la punta de la planta, un proceso conocido como decapitación. Esto implica usar herramientas limpias y desinfectadas para cortar la parte superior de la suculenta, dejando un tallo que pueda ser replantado.
Las suculentas prosperan mejor al aire libre, donde reciben luz natural. Si esto no es posible, lo ideal es colocarlas cerca de ventanas donde puedan absorber la mayor cantidad de luz solar posible. Esto evitará que se estiren en busca de luz y ayudará a que crezcan fuertes.