Después de días de festejos, comidas en familia y decoraciones coloridas por las fiestas patrias, llega el momento de volver a la rutina. Mantener los cubiertos limpios y desinfectados es importante para la salud de quienes los usan. Para eso, existe un truco de limpieza infalible.
Los cubiertos, en su contacto directo con alimentos y la boca, pueden acumular bacterias si no se lavan adecuadamente. La higiene en esta área es clave para prevenir enfermedades como la salmonella, Listeria o incluso E. coli.
Aunque el agua y el jabón son la base del lavado diario, existen otros pasos que aseguran una limpieza más profunda y evitan el deterioro de los cubiertos, especialmente aquellos de acero inoxidable, el material más utilizado.
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Si usas un lavavajillas, coloca los cubiertos de plata en cestas separadas para evitar rayaduras. El acero inoxidable es resistente, pero los estropajos metálicos o los golpes entre piezas pueden dañarlo. Es mejor lavar los cuchillos por separado para mantenerlos en buen estado.
Después de lavar, seca los cubiertos al instante para evitar manchas de agua. El acero inoxidable puede perder su brillo con el tiempo debido a las marcas de los dedos. Un truco sencillo es frotar los cubiertos con un trapo humedecido en vaselina líquida para mantener su brillo natural.
Además del lavado diario, un método eficaz para desinfectar profundamente los cubiertos es hervirlos. Este truco de limpieza simple pero efectivo puede realizarse dos veces por semana y garantiza que los utensilios estén libres de bacterias.
Llena una olla con agua y ponla a hervir. Coloca los cubiertos en el agua hirviendo durante 15 minutos. Usa pinzas para retirarlos y déjalos enfriar antes de secarlos y guardarlos.
Este proceso de desinfección puede complementar el lavado inmediato después de cada uso, y es recomendable no utilizar el mismo tenedor para manipular alimentos crudos y cocidos, ya que esto podría transferir bacterias.