El injerto de cejas ha ganado popularidad como una solución efectiva para aquellas mujeres que desean recuperar la densidad y definición de sus cejas. Este tratamiento estético ofrece resultados duraderos y naturales.
El injerto de cejas es un procedimiento en el que se trasplanta vello de la propia paciente para rellenar áreas donde el pelo ha dejado de crecer. A diferencia del microblading, que utiliza pigmentos para dibujar las cejas, esta intervención emplea cabello real.
El primer paso para realizar un injerto de cejas es definir el diseño deseado. Junto al especialista, la paciente elige la forma y grosor de sus cejas para obtener un resultado acorde a su rostro.
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Posteriormente, se extraen los folículos capilares de la nuca, que serán cuidadosamente trasplantados a la zona de las cejas. El procedimiento, que suele durar unas 4 horas, se realiza con anestesia local, lo que lo convierte en un tratamiento indoloro.
Aunque el proceso es sencillo y rápido, los resultados no son inmediatos. Será necesario esperar algunas semanas para que el vello injertado comience a crecer y las cejas tomen el aspecto deseado.
Una vez que el vello injertado crece, las cejas adquieren una forma y densidad más definida. Es posible que los nuevos pelos crezcan un poco más largos de lo habitual, pero pueden recortarse y darles el retoque necesario.