En el mundo de la psicología, cada detalle puede ofrecer pistas sobre el estado de una relación, y las posturas al dormir no son una excepción. Aunque a menudo pasan desapercibidas, las posiciones que adoptan las parejas al dormir juntas pueden reflejar sus estados emocionales y la dinámica de su relación.
Sin embargo, es importante no apresurarse a sacar conclusiones. La forma en que una pareja duerme puede estar influenciada por una variedad de factores, desde problemas físicos hasta hábitos adquiridos desde la infancia.
Según expertos en relaciones y psicología, la postura en la que dormimos puede tener diversos significados. Por ejemplo, si tu pareja te da la espalda al dormir, esto no siempre indica un problema; puede reflejar comodidad y confianza en la relación, así como una necesidad de espacio personal.
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Un estudio realizado en 2014 por investigadores de la Universidad de Hertfordshire exploró cómo las posturas al dormir podrían estar relacionadas con la calidad de una relación. El estudio analizó las preferencias de sueño de las parejas.
Los resultados revelaron que el 42% de las parejas prefería dormir de espaldas, mientras que el 31% compartía la misma dirección, pero con uno de los miembros dando la espalda al otro. Solo un pequeño porcentaje, el 4%, optaba por dormir cara a cara.
Además, se descubrió que un 12% de las parejas prefería dormir muy cerca, a menos de 2.5 centímetros de distancia, mientras que un 2% prefería mantener una distancia mayor de 60 centímetros.
El estudio concluyó que la distancia entre las parejas durante el sueño era más importante que la posición específica en sí misma. Los investigadores encontraron que, en general, cuanto mayor era la distancia entre los miembros de la pareja mientras dormían, más indicios había de una posible tensión o insatisfacción en la relación.
De hecho, el 94% de las parejas que mantenían algún tipo de contacto físico durante la noche expresaron estar satisfechas con su relación, en comparación con solo el 68% de aquellas que no mantenían contacto.
En cuanto a dormir de espaldas o sin contacto constante, los investigadores sugieren que esta postura puede indicar una relación sólida basada en la confianza y la comodidad. Para muchas parejas, esta forma de dormir refleja un equilibrio entre mantener la conexión emocional y respetar el espacio personal del otro.
Aunque el contacto físico puede ser importante, no es el único factor que determina la felicidad o satisfacción en una relación. Muchas parejas encuentran que, incluso sin un contacto físico directo durante el sueño, pueden mantener una cercanía emocional de confianza mutua.