Existe un truco de limpieza sencillo, pero muy potente para tener la lechuga lista para el consumo. Esta tarea es vital si se quiere evitar enfermedades debido a la presencia de bacterias, tierra, insectos y pesticidas que comúnmente se reúne entre sus hojas.
Este método de aseo y desinfección es muy fácil de aplicar porque solo requiere de un ingrediente, el bicarbonato, y solo hay que sumergirla en agua fría por dos minutos en este antiácido. Pasado este tiempo, hay que enjuagar y escurrir sus hojas, una a una.
Son muchas las razones que hacen efectivo este truco de limpieza con bicarbonato y todo se debe a las propiedades antibacterianas que reúne, a su alcalinidad, su efecto abrasivo suave y su facilidad para desprender tierra y pesticidas presentes en las hojas de la lechuga.
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Este truco de limpieza también puedes ponerlo en práctica en otros alimentos como frutas, hierbas y verduras. Además de la lechuga, puedes asear las espinacas, col rizada, cilantro, papas, zanahorias y el perejil. Recuerda que si no desinfectas la lechuga, estás propenso a sufrir enfermedades gastrointestinales e infecciones graves, especialmente si se trata de niños, ancianos o personas con enfermedades crónicas, además puedes albergar bacterias patógenas o acumular residuos químicos.
La lechuga y sus bondades
La lechuga es muy rica en potasio, hierro y calcio, además le brindan numerosos beneficios a la salud, por eso lo necesario de su consumo y aseo. Es baja en calorías, así que es perfecta para quienes quieran controlar su peso y es buena para los que deseen mantenerse hidratados. Por otro lado, es fuente de fibra y muy buena para la salud intestinal.
Otra de sus bondades son sus propiedades antiinflamatorias, la promoción de la salud cardiovascular, el que combata el daño celular y que ayude a ponerle un freno a las enfermedades crónicas. Con tantos beneficios es común tenerla presente en numerosos tipos de ensaladas, así que disfrútala, pero sanamente con esta alternativa de limpieza.