El arroz, un ingrediente común en las cocinas de todo el mundo, se revela como un elemento de gran poder simbólico y espiritual. Por este motivo, los primeros días de junio se presentan como una oportunidad perfecta para realizar el ritual del agua de arroz, una práctica que promete atraer lo bueno a la vida de quienes la llevan a cabo.
Este ritual de limpieza es sencillo y se puede realizar en casa siguiendo unos pasos básicos. Para comenzar, se debe hervir arroz a temperatura media-baja durante 15 o 20 minutos en una olla de 2 litros, suficiente para limpiar toda la casa.
Quienes no dispongan de tiempo para hervirlo, pueden optar por dejar dos puñados de arroz en remojo durante la noche anterior, asegurándose de que el agua absorba todas las propiedades del arroz.
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Una vez lista, se debe realizar una limpieza profunda en la casa. Luego, se moja un paño en el agua de arroz y se pasa por todos los pisos, esquinas y rincones. Para pisos delicados como mármol o parqué, se recomienda añadir una pequeña cantidad del producto de limpieza habitual, sin sobrepasar una tapita, para no anular las propiedades del arroz.
Durante la limpieza, se debe visualizar la abundancia entrando al hogar, y la mala energía y la escasez abandonándolo. Es importante recordar que, en rituales y limpiezas de este tipo, se debe comenzar por la última habitación de la casa y terminar en el recibidor.
El arroz, con su resonancia con la energía femenina de la tierra y el sol, simboliza pureza, fertilidad, prosperidad, abundancia, longevidad, buena fortuna, gratitud y respeto.
No es de extrañar que sea un elemento clave en ceremonias como bodas y funerales, y que se lance a los recién casados para desearles abundancia, prosperidad y fertilidad.