En los recovecos de la historia numismática mexicana, hay monedas que muchas de las nuevas generaciones desconocen porque ya fueron desmonetizadas. Sin embargo, hay algunas piezas que todavía guardan valor sentimental y también económico, como las que se acuñaron en los años 70.
Aunque hoy parezcan nominaciones ínfimas, en la década de los 70 circulaban por todo México monedas de 1, 5, 10, 20 y 50 centavos, piezas lanzadas por el Banco de México (Banxico) que, en diferentes partes del país, adquirieron nombres con los que se las identificaba en la cotidianidad.
Numismáticas: ¿cuáles fueron las “monedas doradas” de la década de los años 70?
En 1970 fueron fabricadas las monedas de 1 y 5 centavos, elaboradas en latón, una aleación de cobre y zinc que les confería un tono dorado. En su anverso, las pecunias lucían el Escudo Nacional y la leyenda “Estados Unidos Mexicanos”; en el reverso, cada una llevaba el año de acuñación y el símbolo de Banxico.
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La moneda de 1 centavo, con un diámetro de 13 milímetros, mostraba tres espigas de trigo en su reverso. En contraste, la de 5 centavos, con 18 milímetros de diámetro y un peso de 2.75 gramos, honraba a Josefa Ortiz de Domínguez.
Numismáticas: ¿cuáles fueron las “monedas plateadas” de la década de los años 70?
En la misma época, la moneda de 50 centavos, con la efigie de Cuauhtémoc, comenzó a circular y a diferencia de las anteriores esta pieza se fabricó en cuproníquel, una aleación de cobre, níquel, hierro y manganeso que le daba un aspecto “plateado”.
La de 10 centavos, introducida en 1974, tenía un diámetro de 15 milímetros y un peso de 1.5 gramos. En su reverso, una mazorca de maíz simbolizaba la riqueza agrícola de México.
La de 20 centavos, también de cuproníquel, destacaba por su diámetro de 20 milímetros y su peso de tres gramos. En su reverso, Francisco I. Madero, líder revolucionario, se alzaba como protagonista.