Para los que disfrutan de las plantas en casa, uno de los grandes dilemas pasa por el riego, por lo que muchas veces se falla en la elección y en la cantidad, afectando el bienestar y el desarrollo de las plantas. Si quieres profundizar tus conocimientos de jardinería, te dejamos una guía para saber cuándo regarlas.
Es muy importante conocer a las plantas antes de tomar decisiones que pueden ser drásticas. Mirar su comportamiento, generar las condiciones adecuadas de luz, aire y humedad serán necesarias para cada especie. Por eso es que, mediante la observación, podremos entender las exigencias específicas de cada planta, la periodicidad de riego, la fertilización y la poda.
Un poco de investigación previa o la consulta con algún experto (en el local donde piensas comprarla) alcanzarán para tomar las primeras decisiones. El cuidado de las plantas demanda observación y sabiduría. Así, podrás saber cuándo precisan agua y asegurarse de que estén regadas adecuadamente.
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La apariencia del sustrato siempre ofrece pistas. Se recomienda permitir que uno o dos centímetros de tierra se sequen antes de proceder al próximo. Se deben evitar tanto el riego insuficiente como el excesivo, evidenciados por la presencia de moho o insectos en el sustrato.
¿Cómo saber si mis plantas necesitan riego?
El riesgo de dañar las plantas tiende a ser más elevado debido al exceso de riego que a la insuficiencia, pero la carencia de agua también puede resultar perjudicial. Abogar por permitir que el sustrato se seque antes de proceder al riego es una práctica acertada, aunque existen indicadores que revelan cuándo es necesario:
1- Las hojas pueden comenzar a marchitarse, desprendiéndose o perdiendo su lustre.
2- Los bordes de las hojas pueden tornarse amarillos y los pétalos caer de manera prematura.
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3- La ausencia de hidratación puede causar que hojas y tallos pierdan firmeza, tornándose más susceptibles a daños por insectos y enfermedades.
4- Un crecimiento lento o frutos pequeños y escasos pueden señalar una carencia de riego.
5- La turgencia de hojas y tallos se restablece tras una adecuada hidratación.