El mundo del maquillaje está lleno de técnicas y recomendaciones que buscan realzar la belleza de cada persona, independientemente de su edad. Sin embargo, según una maquilladora con más de 20 años de experiencia, hay ciertos fallos recurrentes que las mujeres mayores de 50 tienden a cometer en el make up de sus ojos. Estos no solo afectan el acabado, sino también la duración y la intensidad.
Uno de los desaciertos más habituales es no utilizar una prebase para los párpados. De acuerdo con la experta, este producto es fundamental porque ayuda a evitar que el maquillaje se desplace por los pliegues que aparecen con la edad. Además, prepara la piel para las sombras, logrando que estas se adhieran mejor y que los colores se vean más vibrantes.
Otro beneficio de la prebase es que reduce el cuarteo y el desvanecimiento de las sombras a lo largo del día. La maquilladora recomienda optar por unas de larga duración y lápices resistentes al agua, ya que estos productos garantizan un acabado más pulido y duradero.
Te podría interesar
Otros errores frecuentes a la hora de maquillarse los ojos
Además de prescindir de la prebase, hay otros hábitos que pueden restar frescura y luminosidad al maquillaje de ojos:
Elegir un corrector demasiado claro
Cuando se utiliza un tono muy claro en las ojeras, especialmente en pieles con hipopigmentación, se puede generar un contraste indeseado. En lugar de iluminar, estas áreas pueden lucir desproporcionadas. La solución es optar por correctores hidratantes que equilibren el tono de la piel.
Abusar de sombras mate o con glitter excesivo
Las sombras completamente mate o demasiado brillantes pueden acentuar las arrugas de los párpados. En su lugar, es mejor elegir tonos satinados, que aportan un reflejo suave y disimulan las líneas de expresión.
Definir contornos de forma rígida
Líneas demasiado marcadas, como un delineado muy preciso, pueden endurecer las facciones. La clave está en difuminar para crear un efecto más natural que realce los volúmenes del rostro y aporte suavidad al acabado.
No armonizar los tonos del maquillaje con el cabello y la piel
El color de las sombras debe equilibrarse con el tono de piel y cabello. Por ejemplo, en pieles pálidas con canas, es mejor evitar colores como el berenjena o el marrón rojizo y elegir otros fríos que complementen la armonía natural.