El árbol de Jade es una suculenta conocida por su resistencia y atractivo visual. A medida que el otoño avanza, esta planta entra en un periodo de dormancia, disminuyendo su crecimiento para prepararse para el frío invierno. Este momento del año es ideal para realizar una poda adecuada que le permitirá crecer más fuerte la próxima primavera.
Para comenzar, es necesario contar con tijeras de podar bien afiladas y desinfectadas. La primera acción consiste en observar la estructura de la planta y determinar qué ramas son necesarias eliminar.
Generalmente, se deben quitar aquellas que están débiles, secas o enfermas. Además, es recomendable cortar las ramas que se crucen o crezcan en direcciones indeseadas para mantener una forma armoniosa y permitir que la planta crezca hacia arriba.
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Al realizar la poda, se sugiere hacer cortes en un ángulo limpio y aproximadamente a medio centímetro por encima de una hoja o nodo, lo que estimulará un nuevo crecimiento saludable. Es importante no cortar demasiado cerca del tronco principal para evitar daños innecesarios.
A pesar de la resistencia del árbol de Jade, se debe tener cuidado de no eliminar demasiadas hojas y ramas, ya que esto podría estresarlo. También es un buen momento para retirar las hojas que ya se han caído o están en proceso de secarse, ayudando a prevenir la acumulación de humedad en el suelo.
Una vez finalizada la poda, el cuidado posterior es muy importante. Es recomendable evitar el riego excesivo en los días siguientes, ya que la planta necesitará tiempo para cicatrizar los cortes. Ubicar el árbol en un lugar con luz indirecta y protegerlo de temperaturas extremas contribuirá a su recuperación.