El jengibre es una de las plantas más populares y versátiles del mundo. Se usa tanto en la cocina como en la medicina natural, ya que tiene propiedades antiinflamatorias, antioxidantes, digestivas y estimulantes. Además, le da un toque exótico y picante a cualquier plato o bebida.
Pero, ¿sabías que puedes cultivar tu propia planta de jengibre en casa? Sí, leíste bien. No necesitas tener un gran jardín ni mucho espacio, solo una maceta, un trozo de jengibre y un poco de paciencia. Te contamos cómo hacerlo en este artículo.
Para conseguir esta planta, lo primero que tienes que hacer es conseguir un trozo de jengibre fresco, preferiblemente orgánico, que tenga unos ‘ojitos’ o yemas. Estos son los puntos de donde saldrán los brotes y las raíces. Puedes comprarlo en cualquier verdulería o supermercado.
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Luego, tienes que poner el trozo de jengibre en un vaso con agua durante unas 3 o 4 horas, para que se hidrate y se active el proceso de germinación. Después, lo sacas del agua y lo secas con una toalla de papel. Lo metes en una bolsa de plástico y lo dejas en un lugar cálido y oscuro por una semana.
Durante ese tiempo, el jengibre empezará a brotar y a formar pequeñas raíces. Cuando veas que tiene varios brotes verdes, ya está listo para plantar. Elegí una maceta o un recipiente que sea amplio y poco profundo, ya que el jengibre crece de forma horizontal. Haz unos agujeros en el fondo para que drene el agua.
Llena la maceta con tierra o sustrato, y agregale un poco de perlita, un material que ayuda a evitar el encharcamiento y mejora la aireación. Coloca el trozo de jengibre sobre la tierra con los brotes hacia arriba y entiérralo ligeramente, dejando la mitad por fuera. Regalo con cuidado, sin mojar los rizomas.
Coloca la maceta en un lugar con luz indirecta y temperatura cálida. Regala cada 2 o 3 días, manteniendo la tierra húmeda, pero no empapada. Verás que en poco tiempo el jengibre empezará a crecer y a formar hojas verdes y largas.
El jengibre tarda unos 6 meses en madurar, pero puedes cosecharlo antes, si quieres. Para saber si está listo, fíjate en las hojas. Cuando empiecen a secarse y a ponerse amarillas, significa que la raíz ya está lista para consumir. Puedes sacarla de la tierra con cuidado y cortar el trozo que necesites. El resto lo puedes volver a plantar o guardar en la heladera.
Así de fácil es cultivar tu propio jengibre en casa. Puedes usarlo para preparar infusiones, jugos, licuados, salsas, ensaladas, sopas, guisos, postres y mucho más. El jengibre le dará un toque especial a tus recetas y te ayudará a mejorar tu salud y bienestar.