En una fecha tan romántica como San Valentín, las recetas más cautivadoras relucen con postres encantadores que enamorarán el corazón de nuestro amado o amada.
Para ello, te traemos dos recetas de lo más encantadoras que irán como un flechazo de Cupido hacia el estómago de tu amor, pero que subirá instantáneamente hacia el corazón.
Estas preparaciones tienen secretos y trucos para que salgan perfectas, sin embargo, lo que las hace especiales no es el día de San Valentín, sino que tú mismo le des ese plus de cariño que puede saborearse al saber que una receta ha sido elaborada para una persona especial: ¿te animarás a sorprender?
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Crumble de Fresas
Ingredientes
- 850 gramos de fresas maduras, lavadas y cortadas en rodajas.
- 180 gramos de azúcar.
- 80 gramos de harina.
- 40 gramos de almendras picadas.
- 20 gramos de copos de avena.
- 60 gramos de mantequilla, fría y cortada en cubos.
- Pizca de canela.
Preparación
Precalienta el horno a 180°C. En un tazón grande, mezcla las fresas con 50 gramos de azúcar y déjalas macerar durante unos 15 minutos para que liberen sus jugos.
Mientras tanto, en otro tazón, combina la harina, las almendras picadas, los copos de avena, el azúcar restante (130 gramos) y la pizca de canela.
Agrega la mantequilla fría a la mezcla de ingredientes secos. Con las manos o un tenedor, trabaja la mantequilla en la mezcla hasta obtener una textura de migas gruesas. Coloca las fresas maceradas en un molde para horno y esparce uniformemente la mezcla de crumble sobre las fresas.
Hornea en el horno precalentado durante aproximadamente 30-35 minutos, o hasta que la parte superior esté dorada y las fresas estén burbujeantes. Retira del horno y deja enfriar ligeramente antes de servir.
Receta de Mousse de Baileys
Ingredientes
- 100 ml de Baileys
- ½ taza de azúcar moreno.
- 2 cucharadas de chocolate en polvo.
- 2 cucharaditas de gelatina sin sabor.
- 1 ½ tazas de nata.
Preparación
En un tazón pequeño, mezcla la gelatina sin sabor con 2 cucharadas de agua. Deja que repose para que la gelatina absorba el agua.
En una cacerola, calienta el Baileys a fuego medio sin que llegue a hervir. Agrega el azúcar moreno y el chocolate en polvo, y remueve hasta que estén completamente disueltos. Retira la mezcla del fuego y añade la gelatina hidratada. Remueve bien para asegurarte de que la gelatina se disuelva por completo. Deja enfriar la mezcla a temperatura ambiente.
Mientras tanto, bate la nata en un tazón grande hasta que forme picos suaves. Cuando el postre de Baileys esté completamente frío, incorpora suavemente la nata batida. Dobla la mezcla con movimientos envolventes para mantener la textura aireada.
Vierte la mousse en copas individuales o en un recipiente grande y refrigérala durante al menos 4 horas, o hasta que esté bien firme. Opcionalmente, decora con virutas de chocolate o una pizca de cacao en polvo antes de servir.