Desde muy joven, Luis Miguel demostró una y otra vez ante el público que había nacido para triunfar. Así, con esfuerzo y perseverancia, a pesar de las dificultades personales que debió afrontar y que son de público conocimiento, logró forjar una exitosa carrera que lo consolidó como uno de los artistas latinos más importantes en el mundo entero.
Así, hemos visto a Luis Miguel no solo acrecentar su éxito y triunfar en la industria musical, sino también dar pasos personales como convertirse en padre. Además, a lo largo de los años, hemos observado cambios significativos en su aspecto, con modificaciones en su estilo y combinaciones de atuendos que nos han impactado, resaltando al mismo tiempo su elegancia y belleza.
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A comienzos de la década de los ochenta, siendo apenas un niño, el “Sol de México” comenzó a ganarse más y más la atención del público no solo por su extraordinaria voz, sino también por su cabello castaño claro, largo y lacio, en combinación con pantalones, camisas y abrigos de colores y estampados variados, algo característico de esta época.
Posteriormente, al momento de alcanzar la juventud, hemos visto a Luis Miguel animarse a cambiar radicalmente su aspecto, peinando su melena de forma “alocada”, despeinada e incluso con fleco, y haciendo uso a la vez de jeans con playeras blancas y chaquetas de cuero, entre otras prendas.
No obstante, ya en la década de los 90 y posteriormente con el comienzo del nuevo milenio, el intérprete de hits como “O tú o ninguna” o “La incondicional” decidió implementar un estilo que, con el paso del tiempo, se convirtió en su sello distintivo.
Estamos hablando de los trajes, esos que Luis Miguel eligió una y otra vez, tanto para distintas apariciones públicas frente a las cámaras, conferencias de prensa, pero así también sobre los escenarios frente a su público, y que en su mayoría incluían corbatas, con peinados prolijos y hasta otros con algo más de volumen, muchas veces peinados hacia un lado.