Cuidar nuestro cuerpo depende de varias cosas que no podemos pasar por alto en el desenvolvimiento en nuestra vida cotidiana. Principalmente, una alimentación, una hidratación y un descanso apropiado, en conjunto con la realización de actividad física, resultan puntos clave para mantenernos saludables.
En el día de hoy, queremos hablarte respecto a las maneras mediante las cuales puedas mantener una dieta acorde a tus necesidades personales, pero especialmente prestando suma atención a la cena y al modo de evitar problemas de sueño ante la ingesta de ciertos alimentos.
Primero que nada, es importante no consumir antes de dormir ciertos alimentos que nos aporten grandes cantidades de sal, azúcar y grasas, y optar en su lugar por productos y platillos de bajas calorías, lo que le resultará a tu cuerpo mucho más fácil de digerir y evitará que aumentes de peso.
En esta misma línea, el sitio “Univisión” destaca que puedes incorporar a tu dieta, en el horario previo al descanso nocturno, alimentos como miel, nueces y lechuga, dado que estos tres tipos de alimentos son “ricos en triptófano, un aminoácido que ayuda en la producción de sustancias que regulan y dan calidad al sueño”.
A ello, se suma el consumo de productos lácteos en la alimentación diaria que, gracias a sus elevadas cantidades de un magnífico nutriente para nuestro cuerpo como lo es el calcio, nos garantizará un sueño reparador y de calidad. Leche, yogur griego y algún tipo de queso o crema pueden cubrir el calcio que nuestro organismo requiere todos los días.
Finalmente, otro de los alimentos que no pueden faltar en tu dieta antes de dormir son las frutas, como las uvas, que suelen recomendarse en personas que padecen de insomnio, o el plátano, que por su elevado contenido de magnesio actúa como relajante muscular, lo que permite conciliar el sueño más rápido.