¿Quién hubiera pensado que el modesto tocador, relegado durante años al desván o al rincón más oscuro del baño, volvería a ser el protagonista de nuestros espacios? Los diseñadores y las firmas de mobiliario han rescatado esta pieza del pasado y la han reinventado para que se adapte a nuestro estilo de vida actual y sea un objeto exclusivo de decoración.
En el siglo XVIII, los tocadores eran símbolo de elegancia y feminidad burguesa. Sin embargo, hoy en día, han evolucionado. Se han despojado de su alma antigua y se presentan como piezas contemporáneas, prácticas y estéticamente impactantes en el diseño de interiores. ¿La razón de su regreso? Nuestro cambio de ritmo. Las prisas han dado paso a la calma, lo que nos permite dedicar más tiempo a cuidarnos a nosotros mismos. Por eso, un espejo es casi imprescindible en estos tocadores modernos para su decoración.
Por ejemplo, el tocador de Sklum combina la madera de mango con patas y un espejo redondo de hierro. Su versatilidad permite que se integre tanto en el dormitorio como en el salón o el recibidor. ¿Por qué no darle un toque romántico a cualquier espacio?
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Otro es el tocador de Maisons du Monde, situado a los pies de la cama, es perfecto para dormitorios modernos. Las mujeres contemporáneas pueden disfrutar de su banqueta y espejo XL. Además, el taburete cabe debajo, lo que optimiza el espacio y da un toque contemporáneo al diseño de interiores.
En dormitorios pequeños, cada centímetro cuenta. El tocador de La Redoute cumple la función de mesita de noche. Con espejo, cajón y superficie de encimera, es una solución práctica y estilosa. El taburete a juego completa el conjunto.
La cómoda de Lago, con alma de tocador, se adapta a tus necesidades. Puedes personalizar su tamaño, acabado y color para crear una solución funcional y elegante.
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