En la práctica del pilates, uno de los ejercicios que es fundamental para lograr el propósito de este método de entrenamiento físico y mental es el puente. Aprende cómo realizarlo y conoce cuáles son sus beneficios.
Antes de adentrarnos en el tema, es importante tener presente que pilates es una propuesta de actividades físicas que se enfoca en el centro del cuerpo o lo que también se le conoce como el "core", esto abarca los músculos abdominales, la espalda y la cadera.
Dentro del grupo de ejercicios que propone, el puente es clave no solo para trabajar esta área del cuerpo, sino también para enfocarse en los glúteos, los cuales fortalece sin contar que mejora la estabilidad en la espalda baja y la pelvis.
Este ejercicio es muy fácil de hacer, así que está pensado para que lo ejecuten desde los expertos en actividades deportivas como quienes estén iniciando en una rutina de entrenamiento. Requiere de muy pocos pasos y sus beneficios se evidencian luego de practicar con frecuencia.
Para realizarlo hay que colocarse boca arriba, flexionar las rodillas y apoyar los pies contra el suelo. Luego, se elevan las caderas mientras los brazos están a los costados, sin moverse del suelo. La idea es formar una línea recta desde los hombros a las rodillas y cuando las caderas estén arriba, apretar los glúteos.
Pilates en general y su impacto
Hacer el puente no solo dejará como resultado unos glúteos firmes, también garantizará que tu cuerpo cada vez se vuelva más estable y tu postura equilibrada. Entrenar con pilates favorece tu elongación muscular y ayuda a trabajar tu respiración de manera controlada, para que tengas coordinación en los músculos.
Tener unos glúteos firmes no solo es favorable a nivel estético, pues brinda ventajas a nivel físico y funcional. Recuerda que estos músculos están presentes al caminar, correr, saltar o subir escalera, por lo tanto, en la medida que los tengas firmes, estas actividades podrás hacerlas con mucha más facilidad.