Hacer pan casero es una de esas actividades que llenan de calidez y aroma el hogar. Esta receta clásica es perfecta para un desayuno o una merienda.
Los ingredientes necesarios son: 500 gramos de harina (aproximadamente 4 tazas), 1 cucharadita de sal, 2 cucharadas de levadura fresca, media cucharadita de azúcar, 60 gramos de manteca vegetal, y una taza y media de agua tibia.
Coloca la harina en un mesón limpio y forma un volcán con un hueco en el centro. En un bol pequeño, mezcla las dos cucharadas de levadura fresca con la media cucharadita de azúcar y una o dos cucharadas de agua tibia. Revuelve bien hasta que la levadura se disuelva completamente.
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Vierte la mezcla de levadura en el hueco de la harina. Comienza a amasar desde el centro hacia afuera, añadiendo gradualmente la taza y media de agua tibia, la sal y los 60 gramos de manteca vegetal derretida. Amasa hasta obtener una masa homogénea y lisa.
Divide la masa en pequeños pedazos y forma bolas lisas. Este proceso es esencial para obtener una textura uniforme y esponjosa en el pan.
Coloca las bolas de masa en un lugar cálido y déjalas reposar durante al menos 45 minutos. Este tiempo de reposo permite que la masa fermente y duplique su tamaño. Precalienta el horno a 220ºC.
Pon las bolas de masa en una bandeja de horno previamente enmantecada y hornea por unos 15 minutos o hasta que los panes estén dorados. Vigila el proceso de horneado para asegurarte de que los panes no se quemen y queden dorados perfectamente.