Una otomana, también conocida como puff, es un mueble versátil que puede servir como asiento, reposapiés o espacio de almacenamiento. Tras el reciclaje de los cajones de un viejo mueble, puedes crear una que sea única y personalizada para tu hogar.
Conoce este peculiar mueble al detalle
Una otomana es un mobiliario bajo y acolchado, generalmente sin respaldo, que se utiliza principalmente como asiento auxiliar o reposapiés. Lo que la hace especial es su multifuncionalidad; puede servir también como mesa auxiliar o espacio de almacenamiento, dependiendo de su diseño. Para reusar un cajón anticuado y transformarlo en una otomana, necesitas los siguientes materiales: un cajón viejo, una tabla que se ajuste a la abertura del cajón, espuma, tela de tu elección, grapadora y patas (opcional).
El primer paso es asegurarte de que esta especie de caja esté limpia y en buen estado. Si es necesario, puedes lijarla y pintarla para darle un aspecto renovado. Para hacer el cómodo y desmontable tope, comienza con una tabla que se ajuste a la abertura del cajón. Luego, coloca una capa de espuma sobre la tabla y envuélvela con la tela que hayas elegido. Usa una grapadora para fijar la tela a la tabla, asegurándote de que quede bien tensa y sin arrugas. Este tope acolchado no solo añade comodidad, también permite utilizar la otomana como asiento adicional.
Este objeto reciclado tiene muchas bondades. Además de ser ecológico, al darle una segunda vida a un cajón viejo, estás creando un mueble funcional que puede adaptarse a diferentes necesidades. Su principal función puede variar: desde asiento auxiliar hasta espacio de almacenamiento para revistas, mantas o juguetes.
Una otomana, resultado del reciclaje, suma a la decoración de tu hogar al introducir un elemento único y personalizado. Puedes combinarla con la decoración existente utilizando telas que complementen los colores y estilos de tu salón. Además, las patas opcionales pueden darle un toque de elegancia o rusticidad, dependiendo del estilo que prefieras.
Este tipo de decoración no solo es sostenible, también permite explorar tu creatividad. Las otomanas pueden decorarse con diferentes tipos de telas, botones o incluso pintura para personalizarlas aún más. Este proyecto de reciclaje puedes adaptarlo a cualquier espacio y necesidad.