Jueves 25 de Abril 2024
ORACIÓN

Oración a los tres arcángeles: abriendo caminos en el amor, la prosperidad y el trabajo

La devoción puede ser una guía poderosa para aquellos que buscan la intervención divina

Oración. Fuente: (Instagram)
Escrito en ESPECTÁCULOS el

Para los creyentes, la conexión con lo divino es un aspecto fundamental de su vida cotidiana. Además de dirigir sus oraciones a Dios, muchos también recurren a los arcángeles, quienes, según la tradición cristiana, desempeñan roles significativos en la corte celestial.

Entre las oraciones más conocidas, los arcángeles que se destacan son San Miguel, San Rafael y San Gabriel, cada uno con una tarea específica y relevante. San Miguel Arcángel, conocido como el Príncipe de las Milicias Celestiales, es reverenciado como el vencedor del dragón infernal. En el Libro de Judas, se relata su enfrentamiento con el enemigo, mostrando su poder y lealtad a Dios.

El culto a los tres Arcángeles: Miguel, Gabriel y Rafael, se remonta al siglo VI. Fuente: (Red social X)

San Gabriel Arcángel, el mensajero fiel de Dios, es recordado por su papel en la Encarnación y por ser el portador de importantes mensajes divinos. En sus oraciones su presencia simboliza la apertura de nuestros oídos y corazones a la voluntad de Dios.

San Rafael Arcángel, mensajero del amor de Dios, nos guía en el camino del amor y nos ayuda a superar obstáculos con la fuerza de este sentimiento. Su intercesión es clave para mantener encendida la llama del amor en nuestras vidas diarias.

Las escrituras nos relatan numerosas situaciones en las que los ángeles desempeñan un papel crucial en la vida de Jesús. Fuente: (Instagram)

La oración a estos tres arcángeles es una poderosa herramienta para aquellos que buscan abrir caminos en el amor, la prosperidad y el trabajo. A continuación, compartimos una rezo especial, cortesía del portal web Hozana, para invocar la ayuda y protección de estos santos mensajeros:

San Miguel, el primero de los tres Arcángeles, es considerado el Príncipe de los ángeles. Fuente: (Red social X)

“San Miguel Arcángel, tú eres el Príncipe de las milicias celestiales, el vencedor del dragón infernal, has recibido de Dios la fuerza y el poder para aniquilar por medio de la humildad el orgullo de los poderes de las tinieblas. Te imploramos, suscita en nosotros la auténtica humildad del corazón, la fidelidad inquebrantable, para cumplir siempre la voluntad de Dios, la fortaleza en el sufrimiento y las necesidades, ayúdanos a subsistir delante del tribunal de Dios”.

Es así como esta oración se convierte en un acto de fe y confianza en la protección divina. Fuente: (Instagram)

San Gabriel Arcángel, tú eres el ángel de la Encarnación, el mensajero fiel de Dios, abre nuestros oídos para captar los más pequeños signos y llamamientos del corazón amante de nuestro Señor; permanece siempre delante de nuestros ojos, te imploramos, para que comprendamos correctamente la Palabra de Dios y la sigamos y obedezcamos para cumplir aquello que Dios quiere de nosotros. Haznos vigilantes en la espera del Señor para que no nos encuentre dormidos cuando llegue”.

“San Rafael Arcángel, tú eres el mensajero del amor de Dios. Te imploramos, hiere nuestro corazón con un amor ardiente por Dios y no dejes que está herida, se cierre jamás para que permanezcamos sobre el camino del amor en la vida diaria y venzamos todos los obstáculos por la fuerza de este amor”.

Según la Sagrada Escritura, estos poderosos mensajeros de Dios son "prontos a la voz de su palabra". Fuente: (Instagram)

Ayudadnos hermanos grandes y santos, servidores como nosotros delante de Dios. Protegednos contra nosotros mismos, contra nuestra cobardía y tibieza, contra nuestro egoísmo y nuestra avaricia, contra nuestra envidia y desconfianza, contra nuestra suficiencia y comodidad, contra nuestro deseo de ser apreciados. Desligados de los lazos del pecado y de toda atadura al mundo”.

“Ayudadnos a reconocer a Dios, a adorarlo, amarlo y servirlo. Ayudadnos en la lucha contra los poderes de las tinieblas que nos rodean y nos oprimen solapadamente. Ayudadnos para que ninguno de nosotros se pierda, y para que un día, gozosos, podamos reunirnos en la felicidad eterna. Amén”.