En el mundo del maquillaje, el colorete ha tomado un gran protagonismo, ya que se convirtió en el héroe indiscutible de los makes ups de esta primavera. Con una amplia variedad de opciones disponibles, es esencial saber cómo aplicar cada tipo de colorete para lograr un acabado que realce la belleza natural de cada mujer.
Debes saber que este cosmético tiene su secreto, puesto que no solo se trata de aplicarlo por costumbre, sino que hay que dominar su uso. Para un maquillaje perfecto hay que tener en cuenta el tipo de fórmula del colorete y la morfología facial, aspectos que realmente definen un resultado profesional. A continuación, exploramos los estilos de coloretes y cómo utilizarlos para obtener los mejores resultados.
- Colorete mate:
El colorete mate es excelente para lograr una piel con acabados aterciopelados, ya que su efecto suavizante lo hace perfecto para pieles grasas o con textura. Este tipo de colorete generalmente tiene una textura en polvo y se aplica mejor con brochas medianas de cerdas ligeras para modular la intensidad y conseguir un maquillaje uniforme.
- Colorete bálsamo:
Los coloretes en bálsamo han ganado popularidad por su efecto de “piel de cristal”, con una textura ligeramente oleosa, estos coloretes son muy hidratantes y aportan elasticidad y brillo. Sin embargo, pueden ser difíciles de aplicar, ya que tienden a mover la base de maquillaje si no se manejan adecuadamente. Lo aconsejable es aplicarlo con las yemas de los dedos, usando toques suaves.
- Colorete gel:
Los coloretes en gel o tipo jelly ofrecen una experiencia única gracias a su textura gelatinosa que se transforma en agua al contacto con la piel. Este tipo de colorete deja un rubor suave y natural, además de una luminosidad suave. Se aplican mejor con los dedos y son conocidos por su durabilidad.