El maquillaje está experimentando un cambio significativo esta primavera. Atrás queda el protagonismo de los acabados brillantes para dar paso al regreso triunfal del efecto mate, que aporta un estilo mucho más delicado y natural. Este fenómeno no es casualidad, ya que las tendencias son cíclicas, regresan una y otra vez con nuevas interpretaciones que capturan las necesidades y el espíritu de cada época.
Los acabados mate, que dominaron el mundo del maquillaje en décadas pasadas, están de vuelta con fuerza. Durante su auge, especialmente en los años 90 y principios de los 2000, estas bases conquistaron el mercado por su capacidad de crear una piel impecable, con un acabado uniforme que minimizaba el brillo. Representaban el ideal de perfección en un momento en el que el maquillaje buscaba transmitir sofisticación y control.
Según Marta Arce, experta en belleza, el regreso de estas bases no es sorprendente: "Las tendencias son cíclicas y regresan una y otra vez. Esta vez les toca el turno a las bases mate", explica. Este revival se alinea con el creciente deseo por productos que combinan elegancia y funcionalidad. Las bases mate modernas han evolucionado significativamente: ahora ofrecen fórmulas más ligeras, hidratantes y adaptadas a todo tipo de piel, dejando atrás la rigidez de las versiones antiguas.
¿Por qué ahora? El cambio hacia un maquillaje más suave y natural refleja una preferencia por estilos auténticos que resalten la belleza individual sin excesos. Además, el efecto mate proporciona una opción duradera y práctica, especialmente para quienes enfrentan días largos o climas cálidos. En esta primavera, las bases mate se posicionan como una herramienta esencial para quienes buscan un equilibrio entre sofisticación y naturalidad.