Llevar gafas no significa renunciar a un maquillaje que realce tus ojos y les dé vida. Este es el maquillaje ideal para que los ojos no se vean pequeños y apagados, utilizando corrector, iluminador y sombras de ojos suaves.
El corrector e iluminador son dos elementos imprescindibles en esta rutina de maquillaje. El corrector ayuda a disimular las ojeras y cualquier imperfección alrededor de los ojos, proporcionando una base uniforme. Después, aplico el iluminador en los puntos clave: debajo del arco de la ceja, el lagrimal y el centro del párpado móvil. Este paso no solo añade luz a la mirada, sino que también crea un efecto de ojos más grandes y despiertos.
No puedo dejar de mencionar la importancia de las cejas en el maquillaje. Unas cejas bien definidas y cuidadas enmarcan el rostro y resaltan los ojos. Para ello, utilizo un lápiz o sombra para rellenar las cejas de manera natural, y luego las peino hacia arriba para darles un acabado pulido. Este simple paso hace que los ojos se vean más expresivos, incluso detrás de las gafas.
Finalmente, las sombras de ojos juegan un papel crucial para evitar que los ojos se vean pequeños y apagados. Opto por tonos suaves y neutros, como los beige, marrones claros o rosados, que aportan profundidad sin recargar el look. Aplico una sombra clara en todo el párpado y un tono ligeramente más oscuro en la cuenca del ojo, difuminando bien para lograr un efecto natural y armonioso.