Hay muchas plantas que prometen sumar un toque de naturaleza a tu hogar, pero pocas consiguen hacerlo tanto en el interior como en el exterior. En esta oportunidad, te traemos la especie que puede lograr este cometido: el ficus pumila, un arbusto nativo de Asia del este y naturalizado en partes del sudeste y sur central de Estados Unidos.
Esta planta se destaca por su rápido desarrollo, durabilidad y belleza natural, lo que la convierte en una de las preferidas de los jardineros. El ficus pumila es un tipo de variedad bastante conocida por su capacidad para crear grandes mantos de hojas en las paredes de los jardines.
¿Qué hace al ficus pumila tan especial?
Esta planta sin flor sobresale por su follaje denso y sus hojas pequeñas, ovaladas y elípticas de un vibrante color verde. Esta especie es excelente para cubrir muros, pérgolas o cualquier superficie exterior creando un lugar lleno de vida.
Cabe mencionar que su uso principal es como planta trepadora en jardines, pero también puede adaptarse al interior de la casa. Esta especie se cultiva en maceteros colgantes, que aportan un toque fresco en los espacios más cerrados de nuestro hogar.
Cuidados esenciales para el ficus pumila
Aunque es una especie resistente, esta planta tiene ciertos requisitos básicos para desarrollarse de manera óptima y llena de vigor:
- 1. Luz: prefiere luz indirecta brillante, pero puede tolerar semisombra. En interiores, tienes que asegúrate de ubicarla cerca de una ventana soleada, evita la exposición directa al sol.
- 2. Riego: intenta mantener el sustrato ligeramente húmedo, por lo que te aconsejamos en verano regarla 2-3 veces por semana y en invierno de 1-2 veces semanales. Siempre evita el encharcamiento para prevenir problemas para que las raíces no sufran.
- 3. Temperatura: estas plantas crecen perfectamente en un ambiente de 15-25 °C. No soporta temperaturas por debajo de 10 °C ni heladas, por lo que es aconsejable protegerla en climas fríos.
- 4. Abono: en primavera y el verano, fertiliza con un abono líquido para plantas verdes cada 4-6 semanas. En cambio, en otoño e invierno, el ficus pumila no necesita fertilización.
- 5. Poda: este detalle es esencial, ya que será la manera de mantener su forma y controlar su crecimiento. En lo posible poda en primavera y retira hojas secas o dañadas de forma diaria.