Las paredes del salón pueden convertirse en grandes aliadas cuando se busca crear una sensación de mayor amplitud sin necesidad de realizar grandes reformas. Existen trucos de decoración sencillos que, bien aplicados, pueden transformar cualquier espacio.
Apostar por colores claros como el blanco, beige o gris es una de las mejores estrategias para reflejar la luz y hacer que el salón se vea más grande. Además, estos tonos combinan fácilmente con distintos estilos de mobiliario.
Otra opción clave es el uso de espejos, que no solo reflejan la luz, sino que también aportan una ilusión de profundidad. Colocar un espejo grande o una serie de pequeños puede crear este efecto sin esfuerzo.
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Además, no se puede subestimar el impacto de los cuadros y las obras de arte en la decoración de las paredes. Un cuadro de gran formato o una composición de dos obras horizontales alineadas puede ayudar a dirigir la mirada y a enmarcar zonas clave del salón.
Para quienes buscan algo más atrevido, los murales, especialmente aquellos que presentan paisajes o escenas de profundidad, hacen que el espacio parezca más amplio. Mientras que las rayas verticales, por su parte, ayudan a que las paredes parezcan más altas.
Incorporar apliques de luz en las paredes, instalar estantes flotantes o añadir molduras finas son otros trucos eficaces que no solo añaden estilo, sino que también ayudan a maximizar el espacio disponible, aportando una sensación de orden.
Con estos trucos, solo hace falta un poco de creatividad para aprovechar al máximo cada rincón y convertir el salón en un lugar cómodo y visualmente amplio, sin sacrificar estilo.