Algunas monedas no solo valen su composición en metal, sino por la historia que llevan grabadas. Ese es el caso del Doble Águila de 1933, la pieza de oro más cara jamás vendida en una subasta de numismática: pagaron 18,8 millones de dólares por un ejemplar en 2021.
Codiciada tanto por coleccionistas de objetos de numismática como por historiadores, el Doble Águila no es solo una moneda de oro, sino una pieza que es testimonio de una época crítica en la historia de Estados Unidos, cuando el país abandonó el patrón oro bajo la administración de Franklin D. Roosevelt.
Características de la moneda de oro más valiosa de la numismática
Con un diseño majestuoso, a cargo del escultor Augustus Saint-Gaudens, la moneda de 20 dólares conocida como el Doble Águila tiene en su anverso la figura de la Libertad, de pie con una antorcha y una rama de olivo, rodeada de estrellas que simbolizan los estados de la unión. En el reverso, un águila poderosa vuela sobre los rayos del sol, acompañada del lema "In God We Trust".
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Con un diámetro de 34 milímetros y un peso de 33,44 gramos, esta moneda de oro ha dejado una huella imborrable en la historia. Según el Museo Smithsonian de Historia Americana, esta fue la última pieza de oro acuñada en Estados Unidos antes de la prohibición de la circulación de oro, lo que la convierte en una pieza clave para entender el impacto de las decisiones económicas de la Gran Depresión en el sistema monetario.
¿Por qué es tan valiosa la moneda de 20 dólares conocida como Doble Águila?
La acuñación de estas monedas de oro, que comenzó en 1907, se detuvo abruptamente en 1933, cuando el presidente Roosevelt ordenó la fundición de casi todas las piezas como parte de la reforma económica que retiraba ese mental de circulación.
De los 445.500 ejemplares originales, solo un puñado logró sobrevivir. El gobierno de Estados Unidos conservó doce monedas, mientras que el resto fue fundido por orden ejecutiva. Sin embargo, una de las piezas logró escapar a través de un camino digno de una novela. El ejemplar llegó a las manos del rey Faruk de Egipto, quien la adquirió en 1944, y su rastro estuvo envuelto en misterios y disputas hasta que fue recuperada y subastada en 2002 por 7,59 millones de dólares y nuevamente en 2021, alcanzando el asombroso precio de 18,8 millones.