Con el paso del tiempo, muchas relaciones empiezan a mostrar señales de desgaste. Lo interesante es que, en muchos casos, no es porque el amor se haya extinguido, sino que surgen otros factores. Uno de los más comunes es el conflicto entre la individualidad y la vida en pareja. Es como si ambas personas se encontraran en una constante tensión, intentando hallar un equilibrio entre el “yo” y el “nosotros”, pero psicología parece tener algunas respuestas.
Es posible que los dos sientan que algo ha cambiado. Pueden percibir que ya no son las mismas personas o incluso no reconocen en el otro a quien que alguna vez amaron. Esta desconexión emocional en la vida en pareja puede ir creciendo hasta desembocar, en algunos casos, en una separación.
Psicología: cómo equilibrar la individualidad y la vida en pareja
“Para lograr un balance entre la individualidad y la vida en pareja, es fundamental deshacerse del mito del amor romántico, de la idea de la 'media naranja' y de que una pareja debe ser una sola entidad. Cada uno es una naranja completa, no necesitamos una mitad para sentirnos plenos”, explica Emma Ribas, psicóloga y autora de Mindful Love, éxito en el amor.
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“Romper este mito es clave porque muchas parejas construyen su relación desde la pérdida de la individualidad, creyendo que deben fusionarse en uno. A la larga, esto empobrece tanto a las personas como a la relación”, prosigue la experta.
A su vez, Ribas subraya que las parejas deben promover el desarrollo personal y contar con espacios individuales para lograr ese equilibrio. “Como decía Virginia Woolf, es vital tener una habitación propia. Si no tengo un espacio para mí, me resultará difícil conectar conmigo misma, con mis deseos, metas y sueños. Estar siempre junto al otro puede impedirme ser fiel a mis necesidades más profundas”, afirma.
La especialista en psicología menciona que ha atendido a muchas personas que tras años de vida en pareja han llegado a la conclusión de que su enfoque estaba equivocado y que habrían podido llevar su relación de forma diferente. “Otro aspecto crucial es crear momentos de calidad, donde se cuide esa conexión. No se trata de volverse individualistas y olvidar que se comparte una vida en común. El tiempo de calidad es la clave para nutrir la relación. No es cuestión de pasar mucho tiempo juntos, sino de que ese tiempo sea realmente valioso, estando presentes, viendo y escuchando al otro”, concluye.