Cuidar un jardín puede ser un desafío, especialmente cuando las plantas no parecen estar en su mejor momento. Hojas amarillas, pérdida de fuerza y falta de floración son problemas comunes que preocupan a los jardineros. Sin embargo, existen algunos trucos que los expertos utilizan para revitalizar el espacio y mantener las plantas saludables.
En la jardineria, uno de los aspectos más importantes es saber cuándo regar. En el caso de las plantas de interior, el exceso de agua es una causa frecuente de problemas. Es recomendable comprobar la humedad del suelo con los dedos y regar solo cuando esté seco.
El agua de lluvia es ideal, pero si no es posible recogerla, se puede dejar reposar unos días antes de usarla. Además, airear la tierra es crucial; esto se puede hacer pinchando el suelo con un palito, lo que permitirá que el agua y el aire lleguen a las raíces favoreciendo el desarrollo de la planta.
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Estimular el crecimiento de nuevas raíces también es esencial. Las plantas en macetas suelen tener unas densas, por lo que al trasplantarlas a una maceta más grande, es conveniente cortar parte de las raíces para fomentar el crecimiento de nuevas.
Incluso, la floración puede verse afectada por la falta de luz. Muchas plantas necesitan al menos seis horas de luz diaria para florecer. La iluminación solar es fundamental para la fotosíntesis y sin ella las plantas se estresan y dejan caer sus flores.
Por último, el bicarbonato de sodio es un gran aliado en el jardín. Funciona como fungicida y plaguicida natural. Con una cucharada sopera de bicarbonato en un litro de agua, se puede preparar un remedio preventivo que mantendrá las plantas saludables.
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