Con la llegada de los días soleados y el aumento gradual de las temperaturas, los espacios exteriores se convierten en el lugar ideal. Nada mejor que decorarlos con jazmines, una de las plantas más populares por su fragancia y belleza.
El jazmín de leche destaca entre las plantas trepadoras por su delicadeza y aroma envolvente. Sus tallos leñosos y hojas verdes acompañan las flores en forma de estrella. Para su cuidado, necesita luz solar y un sustrato bien drenado.
El jazmín chino es uno de los más apreciados. Ideal para pérgolas, columnas y muros. Este jazmín necesita un tutor para trepar. Sus flores blancas con matices rojizos y su exquisito perfume lo hacen muy atractivo. Hay que brindarle un sustrato rico en nutrientes y bien drenado, y debe estar en un lugar con semisombra.
El jazmín paraguayo es muy conocido y apreciado por su colorido y fragancia. Este arbusto presenta flores que cambian de color con el tiempo. Se adapta bien a espacios con pleno sol o semisombra. Necesita un suelo rico en nutrientes y bien drenado.
El jazmín del Cabo, o Gardenia augusta, es un arbusto ornamental que ofrece flores blancas muy perfumadas. Para su crecimiento óptimo, debe estar en un lugar bien iluminado, pero sin sol directo. Prefiere un sustrato ácido, húmedo y con buen drenaje.
El jazmín azórico es un arbusto que no trepa por sí mismo, por lo que requiere un tutor para sostenerse. Tiene hojas persistentes y flores blancas de cuatro pétalos. Es ideal para pérgolas y muros. Es resistente a las heladas y se desarrolla mejor en semisombra.