Vicente Fernández no solo amó con locura a su familia. El cantante, además de esforzarse por mantener a sus hijos unidos y apoyarlos en todos sus proyectos, disfrutaba de unos especiales pasatiempos que reflejaban lo grandioso de su corazón.
Al "Charro de Huentitán" le encantaba pasar tiempo con sus caballos en su rancho “Los Tres Potrillos”. El intérprete musical criaba caballos miniaturas. En su cuenta de Instagram siempre compartió detalles de esta noble actividad y de lo feliz que lo hacía. ““La paz la encuentro en las cosas más sencillas. En la naturaleza, en los animales y el rancho”, compartió en una de las tantas imágenes que dejó en esta red social.
Además de pasar tiempo en compañía de estos especiales animales, “El Charro de Huentitán” también tenía otras vías para expresar su lado artístico, siendo una de estas la habilidad para el manejo de Photoshop y hacer curiosos montajes de imágenes de él junto a otros grandes artistas.
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Otro de los proyectos artísticos que le gustaba a Vicente Fernández, además de trabajar de manera original estas imágenes y compartirlas con sus seguidores, era el pintar a mano huevos de diferentes animales, entre estos, los de avestruz. Estas obras también las compartió con sus seguidores por redes sociales.
Vicente Fernández, además, demostró que su talento era inagotable porque tenía muchas cualidades para pintar y quedaron varios registros fotográficos en los que se lo apreciaba haciendo dibujos, en especial de caballos.
El regalo que le dio a Ángela Aguilar
Uno de los tantos pasatiempos de Vicente Fernández lo llevó a vincularse de una manera muy especial con Ángela Aguilar, la joven cantante, hija de Pepe Aguilar. Chente le regaló a la artista uno de los caballos que criaba en su finca tras enterarse de que el de la joven había muerto. Su generosidad era otro de sus grandes talentos.