Pocas monedas tienen tanto peso histórico y económico en la numismática como esta en particular, la cual haría millonario a cualquier persona que sea capaz de poseer una de estas piezas en un óptimo estado de conservación. ¿La razón? Fue hecha de barro.
Así como lo lees, se trata de una pecunia única en el país que se remonta a 1915, de la época de la Revolución Mexicana, y que, sin lugar a dudas, es objeto del deseo de los apasionados por la colección de monedas históricas.
La razón por la que la numismática la desea tanto
Hablamos de una pieza de barro que se acuñó en tiempos de la revolución y que, debido a esa época, la fabricación de pecunias era muy rudimentaria y para nada industrializada. Comúnmente, estaban hechas en formas de discos planos con marcas simples que indicaban su valor nominal, nada de diseños elaborados.
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Por si fuera poco, estas monedas en particular eran acuñadas especialmente por grupos rebeldes en varias partes del país, al igual que algunas comunidades que necesitaban el intercambio ante la escasez producida por el conflicto armado.
Esto es una clara manifestación de la situación de crisis social y económica que atravesó el país, un recuerdo que la hace muy deseada entre los apasionados por la numismática en todo el país.
Su valor actual
En vista de toda esta información, es más que obvio señalar que su precio es sencillamente invaluable, pues no hay un valor real por una pecunia de estas características al ser tan rara, y valiosa en la historia mexicana.
Sencillamente, no tiene un precio real y lo normal sería que permanezca en un museo para que prevalezca en toda la historia. Por tal motivo, es, de lejos, una de las monedas por las que los seguidores de la numismática soñaban con poseer. Solo existe un ejemplar conocido y se encuentra en el Museo del Banco de México. Su valor es incalculable, de acuerdo con el libro Numismática para principiantes.