Es de público conocimiento que Vicente Fernández logró hacer un gran patrimonio económico gracias a su talento y dedicación. Tras su fallecimiento, el 12 de diciembre de 2021, salió a la luz que la fortuna del intérprete de “Mujeres divinas” ascendía a 25 millones de dólares, es decir, 500 pesos mexicanos aproximadamente.
De acuerdo con los datos filtrados, “El Charro de Huentitán” ya había distribuido en vida una importante parte de sus bienes a sus descendientes, Vicente Jr., Alejandro, Gerardo y Alejandra. No trascendió cuál fue la cantidad precisa, pero sí se filtró cuál fue la mejor herencia que el cantante dejó a su familia.
Lo mejor de Vicente Fernández quedó para su descendencia
Vicente Fernández trabajó desde muy pequeño para cumplir todos sus sueños y hasta el último suspiro estuvo agradecido por todo lo que consiguió en la industria musical. Se brindaba a su público, tanto es así que tenía una frase que se hizo muy popular: “Mientras ustedes no dejen de aplaudir, su 'Chente' no deja de cantar”, y así lo hizo. Su despedida de los escenarios fue el 16 de abril de 2016 a pesar de que ya se encontraba enfermo.
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“Un Azteca en el Azteca” fue su último material discográfico grabado en vivo en el Estado Azteca ante 80 almas que presenciaron el show. En este contexto, Vicente Fernández no pudo contenerse y brindó un discurso inolvidable en el que desveló el valor de lo que les dejó a sus descendientes. “Yo siempre he creído que en este mundo hay dos tipos de gentes, los ricos muy pobres y los pobres muy ricos, porque el dinero es tan vulgar y tan corriente que, gracias a ustedes, hasta un ignorante como yo ha tenido buena vida”, comenzó.
No obstante, el patrimonio que dejó a sus descendientes no tiene un valor económico, sino inmaterial, pero mucho más preciado: “Hay una cosa que no se compra ni con todo el oro del mundo y eso me lo han regalado ustedes”, expresó a sus fans muy emocionado. “Eso precisamente es lo único que me gustaría dejarle de herencia a mis hijos para que el día que Dios me recoja digan con humildad: ‘somos hijos de aquel señor que tuvo dos grandes vicios. Uno, trabajar mucho para darnos a nosotros todo lo bueno y el otro, ser capaz de morir en un escenario tan solo por llevarse a la tumba lo que más quiso en esta vida, su cariño, su respeto y sus aplausos’”.