Inspirado en el movimiento “slow food” de los años 80, la filosofía ‘Slow gardening’ o en 'jardinería lenta', como dicen en español, pone en valor el bienestar personal y la conexión con el entorno natural a través de la jardinería y las plantas. Se trata de una manera más consciente y relajada de llevar adelante esta actividad que tradicionalmente siempre invitó a la eficiencia de los resultados rápidos o meramente estéticos.
En este sentido, como bien decíamos, no se trata tan solo de colocar plantas en un espacio verde y al aire libre para usarlas como un adorno meramente estético. Existe una conexión que va más allá de lo superficial que invita a reflexionar, meditar y tomarnos el tiempo de disfrutar la tarea de la jardinería.
- Para conocer más, aquí están los principios:
-No debe existir el apuro de llevar adelante la actividad: el “slow gardening” nos invita a tomarnos nuestro tiempo y disfrutar del proceso.
-Lo primero que debes disfrutar es el aire libre: esta filosofía evoca la importancia de estar presentes en el jardín.
-Crecimiento, fomento del cultivo y apreciación de la belleza natural: debemos tener la idea de crear un espacio diseñado para apreciar el crecimiento natural de las plantas, rechazando la idea de uso excesivo de fertilizantes y técnicas inapropiadas para el desarrollo.
- Filosofía que tiende a tener jardines más sostenibles:
-Menos césped: más plantas, arbustos y árboles.
-Especies autóctonas: más sostenibles y atraen a insectos polinizadores.
-Abono orgánico: utiliza el concepto de compostaje con restos de frutas, verduras, cáscaras de huevo, etc.
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